Hace 25 años un grupo paramilitar con la complicidad del Ejército y la Policía llegó a Segovia, un pueblo minero colombiano gobernado en ese entonces por la Unión Patriótica. Era el año de 1988. Lista en mano buscaron a 43 personas, las llevaron al parque central del pueblo y las asesinaron.
En su retirada hirieron a cerca de otro centenar. La masacre había sido ordenada por quien en ese momento era el presidente de la Cámara de Representantes: CESAR PÉREZ GARCÍA. Buscaba de esta manera recuperar un pueblo que había sido su feudo electoral durante muchos años. Cesar Pérez ha sido sentenciado a 30 años de cárcel. Una condena moderada, pero una condena. Como él, muchos otros altos políticos del bipartidismo están comprometidos con masacres, exterminios, despojos violento y miles de crímenes de lesa humanidad. Entre ellos otros 5 presidentes del Congreso Nacional quienes junto a otros 70 parlamentarios o han sido sentenciados o son procesados al igual que varios ex embajadores, ex ministros y altos funcionarios, especialmente ligados a ÁLVARO URIBE VÉLEZ.
La condena contra César Pérez es una victoria, una pequeña y triste victoria, de las víctimas, de los sobrevivientes, de la actividad de las y los defensores de derechos humanos y de la lucha del pueblo colombiano contra la impunidad.
Como hemos gritado tantos años y seguiremos gritando:
Mi voz la que está gritando
Mi sueño el que sigue entero.
Y sepan que solo muero
Si ustedes van aflojando
Porque el que murió luchando
Vive en cada compañero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario