De izquierda a derecha: El líder campesino José Vidal, el líder estudiantil Boris Duarte, Monseñor Camilo Fernando Castrellón, y el Profesor Carlos Medina Gallego |
Un
saludo muy cordial para todos los participantes y las participantes en
el Congreso Regional para la Paz: pueblos construyendo paz para la vida
digna
Ciertamente
es un tema muy complejo y fascinante a la vez, donde es fundamental
tener el ojo atento a los derechos de los más pobres, especialmente
frente a una economía neoliberal.
Rostros
de niños, golpeados por la pobreza desde antes de nacer, por
obstaculizar sus posibilidades de realizarse a causa de deficiencias
mentales y corporales irreparables; los niños vagos y muchas veces
explotados de nuestras ciudades, fruto de la pobreza y desorganización
moral familiar;
- Rostros de jóvenes, desorientados por no encontrar su lugar en la sociedad; frustrados, sobre todo en zonas rurales y urbanas marginales, por falta de oportunidades de capacitación y ocupación;
- Rostros de indígenas y con frecuencia de afroamericanos, que, viviendo marginados y en situaciones inhumanas, pueden ser considerados los más pobres entre los pobres;
- Rostros de obreros frecuentemente mal retribuidos y con dificultades para organizarse y defender sus derechos;
- Rostros de subempleados y desempleados, despedidos por las duras exigencias de crisis económicas y muchas veces de modelos de desarrollo que someten a los trabajadores y a sus familias a fríos cálculos económicos;
- Rostros de marginados y hacinados urbanos, con el doble impacto de la carencia de bienes materiales, frente a la ostentación de la riqueza de otros sectores sociales;
- Rostros de ancianos, cada día más numerosos, frecuentemente marginados de la sociedad del progreso que prescinde de las personas que no producen.
Los Obispos en Aparecida nos recuerdan que esos rostros dolientes no han desaparecido, sino que se han multiplicado1.
Entre
ellos están las comunidades indígenas y afrodescendientes, que en
muchas ocasiones no son tratadas con dignidad e igualdad de condiciones;
muchas mujeres que son excluidas, en razón de su sexo, raza o situación
socioeconómica; jóvenes que reciben una educación de baja calidad y no
tienen oportunidades de progresar en sus estudios ni de entrar en el
mercado del trabajo para desarrollarse y construir una familia; muchos
pobres, desempleados, migrantes, desplazados, campesinos sin tierra,
quienes buscan sobrevivir en la economía informal; niños y niñas
sometidos a la prostitución infantil, ligada muchas veces al turismo
sexual.2
Frente
a estas situaciones de injusticia surge la tendencia a la violencia y
la historia nos hace ver como ella ha sido estéril porque “pretende
crear, tanto cuando busca mantener los privilegios de algunos como
cuando intenta proponer transformaciones necesarias”3
Por
el contrario nosotros creemos que “el diálogo por la paz es posible. No
es una utopía. Incluso cuando no ha parecido posible, y se ha llegado
al enfrentamiento bélico, ¿no ha sido indispensable de todos modos –
después de la devastación de la guerra que ha puesto de manifiesto la
fuerza del vencedor, pero no ha solucionado nada en lo que concierne a
los derechos de los revindicados – volver a la búsqueda del diálogo?
No
creemos que se pueda llegar a una paz estable como fruto de un final
con vencedores y vencidos. La paz impuesta por las armas ha de ser
desechada con firme decisión, porque quien ha sido vencido y humillado,
es, en cierta medida, un daño real inmediato también para el vencedor4.
La historia está llena de ejemplos de cómo en la firma de la paz de los
vencidos, ya está inscrita la continuación de un conflicto más feroz.
Sin el diálogo la paz nunca será posible.
La
apertura de un diálogo desinteresado, objetivo y leal, lleva consigo la
decisión a favor de una paz libre y honrosa, excluye fingimiento,
rivalidades, engaños, traiciones5.
La
preparación del Congreso de los Pueblos es una magnífica oportunidad
para un planteamiento nuevo frente a la situación económica social y
cultural del momento, porque permite una visión alternativa que debe
irse construyendo desde la base, mediante los diversos procesos de
diálogo.
Yo
creo firmemente en la necesidad de un pensamiento y de un movimiento
político alternativos, sin acudir a la violencia, y que favorezcan el
debate, la inclusión, el respeto por la diversidad y el respeto de los
derechos de todas las personas y que tenga una sensibilidad especial
para abrir espacios de participación a las mujeres, respetando y
valorando su propia feminidad…
Quiero
traer a colación una serie de reflexiones de aquella mujer profunda y
coherente, que en la décadas del 60 y el 70 fue una de las principales
formadoras de cuadros marxistas, me refiero a Martha Harnecker
actualmente reside en Cuba6 y a su libro “La izquierda en el umbral del siglo XXI; Haciendo posible lo imposible”7.
Aunque soy consciente que no todos comparten sus ideas, sí dice grandes verdades, útiles para todos.
En
donde en medio de la difícil realidad que viven las izquierda, ella le
apuesta, científicamente, al triunfo del socialismo con rostro humano,
como la mejor y más digna vida de los pueblos explotados de la tierra, a
condición de que se tenga una mirada limpia, serena, científica y
crítica de lo que pasó y está pasando; se esté en capacidad de ir más
allá de lo que dijo o escribió; descubrir las verdaderas razones del
proyecto socialista y confiar con respeto, sin las violencias de otros
tiempos, en la fuerza revolucionaria de los empobrecidos de la tierra.
Ella
invita a elaborar un pensamiento propio, evitando los errores del
pasado y aprendiendo, a la vez de ellos y siendo originales para no
copiar modelos foráneos.
Insiste
en que el trabajo fundamental de la izquierda es revalorizar la teoría
como un arma imprescindible para la transformación social. Por ello, hay
que destinar tiempo a la formación teórica, reconquistando cuadros
intelectuales, formando comunidades científicas de investigadores,
realizando escuelas populares permanentes de cuadros.
La
izquierda, para ella, no debe concebir al pueblo o fuerza social
popular como algo ya dado que se puede manipular y que sólo basta
agitar, sino que hay que construir. Es necesario tomar conciencia que la
fuerza de una organización debe valorarse no tanto por la cantidad de
militantes que se tiene y las actividades internas que se realizan, sino
por la influencia que se tiene ante la sociedad.
Ella
es consciente que no se dan las condiciones históricas para desarrollar
la revolución como asalto al poder. Los cuadros políticos de la nueva
época no pueden ser cuadros con mentalidad militar. Los cuadros
políticos de hoy deben ser fundamentalmente pedagogos populares, capaces
de potenciar toda la sabiduría que existe en el pueblo.
Este
Congreso Regional, en preparación del Congreso de los Pueblos, en la
coyuntura actual que vive el país y el continente latinoamericano tiene
una gran significación para el futuro nacional y la construcción de la
paz.
Yo
he admirado siempre a quienes son capaces de levantar el vuelo y ver
más allá, rompiendo las ataduras del pasado, con una gran capacidad de
autocrítica, honestidad y ética, transparencia y constancia para no
repetir los errores del pasado, en tantas ocasiones han generado sólo
desgracias.
Colombia
necesita de propuestas alternativas, de respeto por la diferencia, de
inclusión donde los pobres y excluidos no sólo tengan una palabra, sino
sean sujetos de historia.
Somos
nosotros, los que vivimos en esta patria colombiana, todos juntos, los
que debemos construir nuestro presente y nuestro futuro y no que nos lo
construyan desde arriba o desde afuera.
Este
escenario del Congreso Regional es un espacio maravilloso, para
serenamente decir la palabra que es escuchada con respeto por el demás,
debatida críticamente con argumentos, en un clima de diálogo y amistad.
Esta
experiencia de reflexionar, soñar y programar juntos, es también un
aporte a la reconciliación nacional, porque desde la otra orilla del
sistema se lanzan propuestas con la bandera de la democracia que debe
afirmar la centralidad de la persona humana, la igualdad de todos, el
derecho a decir una palabra diferente, a respetar y a ser respetados y a
triunfar con la fuerza de las ideas, sin excluir a los demás, pero sí
dándole el poder a quienes siempre han sufrido la dependencia y la
exclusión.
Les deseo, muchos, muchos éxitos y desde mi fe en el Señor Jesús pido tiempos nuevos para los pobres de la tierra.
1 Cfr. Aparecida, n. 65
2 Cfr. Puebla nn 31-39
3 Juan Pablo II, Discurso a los obreros en Sao Paulo, Brasil, 3-7-1980
4 Cfr. Pablo VI, El Desarrollo de los Pueblos, n. 76
5Juan Pablo II, Jornada mundial por la paz, 1 de enero de 1982
6 Correo electrónico:
mepla@infocom.etecsa.cu
Telefax: (537) 33 30 75.
Dirección: Calle 13 No. 504 e/ D y E Vedado, Ciudad de la Habana, Cuba
Telefax: (537) 33 30 75.
Dirección: Calle 13 No. 504 e/ D y E Vedado, Ciudad de la Habana, Cuba
7 Martha Harnecker, o.c., Ed Siglo XXI de España Editores, México, 2000
Congreso Regional de Paz
Barrancabermeja, 16 de marzo de 2013
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