Por: Iker Bizkarguenaga
El debate "Presos, ¿clave para la paz?",
insta a la Unión Europea a implicarse en el proceso de paz vasco. Los
participantes recalcan la importancia de los presos y emplazan a la
Unión a "rescatar también este proceso, no sólo los bancos"
De la mano del Basque Friendship y el grupo Greens-European Free Alliance, y apenas tres días después de que 12 personalidades internacionales interpelaran a los estados español y francés por su política carcelaria, el Parlamento Europeo acogió en la tarde de ayer un debate sobre el papel de los presos políticos en los procesos de paz, con especial atención a los casos de Irlanda y Sudáfrica, y sobre la situación actual en Euskal Herria. En el coloquio, presidido por los eurodiputados Catherine Greze y François Alfonsi, intervinieron Nelly Maes, presidenta del Instituto Flamenco de la Paz; Robert McBride, ex preso político sudafricano; Avila Killmurray, integrante de la Community Foundation de Irlanda; y Gabi Mouesca, ex preso y ex director del Observatorio Internacional de las Prisiones.
Todos los ponentes coincidieron en el papel crucial que los presos políticos pueden jugar en este tipo de procesos, pero también salió a relucir la necesaria implicación de las instituciones europeas en el camino abierto en este país.
La más elocuente fue Maes, quien emplazó a los presentes -unas 70 personas asistieron a la mesa redonda en Bruselas- a ser «solidarios, no sólo para rescatar bancos españoles, sino también para rescatar un proceso de paz que se halla muy encarrilado, pero en el que la otra parte tiene que mover ficha». La política flamenca, ex eurodiputada y buena conocedora del foro, recordó que «en el Parlamento Europeo hemos estudiado y votado un sinfín de resoluciones sobre cuestiones de todo el mundo, y es completamente falso que no debamos inmiscuirnos en cuestiones internas. ¿Cómo no vamos a hacerlo? Sería vergonzoso que no lo hiciéramos, estamos llamados a intervenir a favor de la paz».
Maes, quien como firmante del documento "En el camino de la paz, respetad los derechos de las personas presas» señaló que "hay un llamamiento internacional claro que dice que hay que poner fin a los abusos a los presos y a sus familias», dejó constancia de su conocimiento de la situación política vasca, y destacó la importancia de la Declaración de Aiete, «que marca un jalón claro» y abre "un momento histórico que no podemos dejar pasar». Por eso, insistió: «¿Qué pueden hacer las instancias europeas? ¿Qué podemos hacer en favor de un proceso de paz vasco?".
Antes que ella intervino McBride, quien tras evocar los hitos del proceso sudafricano y explicar que «también el Gobierno del apartheid decía que no había presos políticos en Sudáfrica, que sólo había criminales», recordó que una vez disuelto el régimen racista y celebradas elecciones multipartitas Nelson Mandela formó un Gobierno en el que la mayoría de sus componentes eran precisamente ex presos o, como dirían sus captores, criminales.
Cuanto antes, mejor
Aun advirtiendo de que ningún proceso es igual a otro, el ex prisionero sudafricano sí expuso una serie de lecciones que pueden ser extrapolables, entre las que citó el hecho «obvio» de que «en el caso de los presos políticos, cuanto antes se trate su situación, mejor». «Las maniobras dilatorias sólo frenan los procesos de paz», advirtió. Recordó que en su país la inmensa mayoría de ellos fueron liberados relativamente pronto desde el inicio de las conversaciones, lo que atribuyó al hecho de que «De Klerk [Frederik de Klerk, ex presidente sudafricano y Premio Nobel de la Paz en 1993] sí tenía voluntad política de llegar a una solución».
Como el resto de los intervinientes, destacó el papel crucial que jugaron los presos sudafricanos para asentar la paz, no sólo en su país, sino también en otros en los que han aportado su experiencia, como hizo el propio Mandela en el norte de Irlanda o Timor Oriental.
Precisamente, a la experiencia irlandesa se refirió Avila Killmurray, quien desde Community Foundation gestionó los fondos económicos que desde la Unión Europea sirvieron para impulsar el proceso norirlandés, especialmente los programas PEACE. A este respecto, destacó el hecho de que esa ayuda, mucha de la cual fue para asistir a las personas excarceladas, no cesó incluso en situaciones de rupturas de tregua.
Presos enfermos, uno a uno
Gabi Mouesca comenzó diciendo a los presentes que «en Euskal Herria miles de personas trabajan por la paz y cuentan con ustedes para ello» para, a renglón seguido, nombrar uno por uno y por su nombre y apellido a los presos vascos que se encuentran gravemente enfermos y que a pesar de ello siguen encarcelados en condiciones «inhumanas». Mouesca detalló las consecuencias de la política carcelaria que se aplica en los estados español y francés, explicó qué es la doctrina 197/2006, dio datos sobre la dispersión y pidió a los presentes que «por favor, intervengan ante los estados español y francés para que adopten una actitud responsable».
Ya en el turno de preguntas -en el que, entre otros, intervinieron Gorka Elejabarrieta (Sortu), Lorena López de Lacalle (EA), Alize Leizeagezahar (Europe Ecologie), Mertxe Colina (AB) e Iñaki Irazabalbeitia (Aralar)- se insistió en la necesidad de que la Unión Europea se implique en la resolución de un conflicto que le afecta directamente.
Fuente: Gara
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