No existen palabras frente a las imágenes de la tortura que deshumaniza a la víctima

Por Fernando Reyes

Presidente Uribe:

Son estos los muchachos que usted tanto defiende? Son estas las personas que usted secundó con las Convivir? Son estos los informantes que le colaboraron a Rito Alejo del Río? Son estas las personas que van a pagar unos meses de cárcel por cuenta de su proceso de paz?

Esta mañana recibí en el foro de un Colegio de Abogados al que estoy suscrito, un video para el cual no tengo palabras ni términos que lo puedan describir. Cuando leí lo que iba a ver allí, dudé en abrirlo, pero al final lo hice sabiendo que mis ideas se iban a reafirmar y que mi posición jamás iba a tener un paso atrás después de verlo.

También dudé si debía subirlo a mi blog y pensé que algunos me iban a señalar con su dedo acusador por exponer las imágenes reales de la tragedia causada por los paramilitares, pero aún así me di cuenta que debo hacerlo en honor a la víctima que allí aparece, en memoria de su sufrimiento y para mostrar la cara de su victimario. Si no lo expongo, sé que me hago cómplice silencioso de este crimen.

Con esto quiero hacer pública la deshumanización de una víctima que le pide permiso a su victimario para poder quejarse de dolor cuando lo están descuartizando. Quiero que esta víctima no sea un nombre más en una lista de personas masacradas o desaparecidas, o unos huesos más en una fosa común. Quiero ponerle cara a su dolor, para que todos lo podamos vivir junto a él.

Lo único que pido, es que si usted decide ver el video, lo haga con todo el respeto y la compasión que merece el dolor y la tragedia de la víctima, pero que también tenga los ojos acusadores que se necesitan para señalar el victimario y encontrarlo donde quiera que esté.

Sobra decir que si decide seguir el enlace al video que se encuentra al final de este texto, usted está aceptando que es mayor de edad y que la responsabilidad al ver este video es solo suya, así como las consecuencias que pueda sufrir al verlo. Y si aún así quiere reclamar, puede dirigirse a la Carrera 8 No. 7-26 en Bogotá, Casa de Nariño.

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