lunes, 3 de marzo de 2008

Carta de los campesinos presos en las cárceles colombianas

Bogotá D. C. Diciembre 13 de 2007


Doctor
ALVARO URIBE VELEZ
Presidente de la republica de Colombia

REF: Derecho de Petición


Señor Presidente.

Con base en articulo 23 constitucional y conforme a la Ley vigente, nosotros los campesinos de la antigua zona de distensión y demás Municipios que integran el territorio nacional, necesitamos que de manera urgente con pronta y cumplida justicia, y además, en aras de la anhelada paz y la reconciliación patrias, tanto como del actual proceso de búsqueda de acuerdos para el canje o intercambio humanitario , se haga la claridad pertinente al asunto que a usted y a la opinión publica planteamos a continuación.

Somos aproximadamente unos dos mil (2.000), campesinos que en la actualidad nos encontramos recluidos en las diferentes cárceles y penitenciarias del país, unos sindicados y otros condenados básicamente por supuesta rebelión o nexos con la guerrilla.

En una inmensa mayoría, hemos sido privados de la libertad únicamente por “versiones” y señalamientos irresponsables de personas que con prontuarios delictivos y dudosa credibilidad, que en forma claramente oportunista, asaltando la buena fe de propios y extraños, sin ningún reato de conciencia y con el único fin de obtener beneficios y prebendas de carácter económico entre otros, vienen ejerciendo una actitud “delatora” fundamentada en suposiciones y especulaciones inescrupulosas cuyo dolo la autoridad no ha querido o no ha podido advertir y como funesta consecuencia para la sociedad.

Señor presidente, llámese la atención sobre el hecho de que nuestras tierras hoy en día están en manos usurpadoras y criminales que a sangre y fuego nos desplazaron de nuestra hábitat natural, donde riquísimas extensiones tradicionalmente agrícolas en cultivos de pancoger, Fríjol, Maíz, Arroz, Yuca, Plátano, Tomate, Verduras, Frutas etc. se convirtieron en hatos ganaderos, cultivos de caucho y palma africana.

En ultimas quienes llevan la peor parte son nuestras familias que se han venido desintegrando una vez han quedado a la deriva, por que acosadas por las “listas negras” de los tales informantes y en medio del fuego cruzado que protagonizan los actores del conflicto armado, huyen despavoridas hacia las grandes ciudades y aquí se origina otro problema, con la llegada obligada e intespectiva de cientos y miles de familias campesinas a las grandes ciudades es apenas obvio que de origen a un sinnúmero de conflictos no menos graves.


¿Qué pueden hacer unas personas acostumbradas a laborar en el campo, en tranquilidad, en paz, en solidaridad de sus vecinos y amigos, donde el alimento esta a la mano, en una ciudad excluyente, violenta, insegura, y angustiosamente indiferente? En primer lugar hacinarse en la periferia urbana, para aumentar sin proponérselo por supuesto, los cordones de miseria que conforman los barrios de invasión, esto, cuando no van a parar debajo de un puente, en cambuches de plástico o a la intemperie.

Luego viene el permanente acecho e influencia de grandes factores de descomposición social, origen de la violencia e inseguridad que caracterizan a nuestra sociedad Colombiana; Drogadicción, prostitución, delincuencia común, desempleo, indiferencia, indolencia, insensibilidad….., Que oportunidad pueden tener con los padres cabeza de hogar recluidos entre hampones y criminales de toda índole, mientras nuestras familias son desplazadas hacia el hambre, la amarga soledad y la desesperación. Señor Presidente, somos campesinos si, pero no por ello desconocemos la problemática social, económica, política y cultural y demás que vive nuestro país, por esta razón, usted que esta liderando en este momento histórico la búsqueda y la consolidación de la paz, esa legitima aspiración a que todos los seres humanos tenemos derecho, usted y la sociedad toda, pueden y deben contar con nosotros y para ello se requiere que podamos volver a nuestros terruños, a nuestro patrimonio familiar histórico, ya que con esto no solo recuperaremos el sentido de nuestra vida, si no además, se ha de retornar al enriquecimiento de la tierra que se cultiva con amor, al fortalecimiento de la economía en su sector primario, por que como es de su conocimiento nuestro país es inmensamente generoso en variedad de frutas, verduras, hortalizas, tubérculos sin referirnos a la ganadería la fauna y la flora.

Cuando esta condición lógica y natural se de, hay que tener en cuenta que esa situación de abandono estatal y gubernamental que por décadas ha padecido el campesinado colombiano, no debe continuar, es preciso construir las vías de comunicación y transporte, las redes de alcantarillado la electrificación establecer los mecanismos de asistencia técnica, de créditos agropecuarios, de comercialización de los productos, etc.

Las comunidades campesinas cuentan con lideres comunitarios que gracias a su capacitación y su compromiso social, y a través de las Juntas de Acción Comunal, han jugado un papel importante y decisivo en su propio desarrollo, por que han asumido con toda responsabilidad, la búsqueda de soluciones reales y sostenibles a la problemática del arrea rural, han sido entidades gubernamentales y no gubernamentales quienes nos han asesorado y acompañado en estos procesos, entidades tales como la Federación de Juntas de Acción Comunal, Incora, Cormacarena, La Federación Nacional de Cafeteros, Caminos vecinales, Organizaciones de Derechos Humanos etc.

Nuestros líderes comunitarios entonces no solamente han recibido formación y capacitación, sino que llevan muchos años de experiencia y trabajo comunitario y social, y permanentemente están gestionando ante las diferentes entidades del estado, presentado e impulsando proyectos de desarrollo e integración de las comunidades campesinas.

Resulta que como es esperarse en todo conglomerado humano que hay elemento que solo buscan enriquecerse con el menor esfuerzo, sin importar a quien haya que atropellar defraudar, así se trate de una o varias personas o toda una comunidad, es así que tales elementos han delinquido contra nuestras comunidades y cuando se ven sorprendidos huyen para encubrirse como informantes y evadir la responsabilidad por sus delitos, es entonces cuando hacen señalamientos y acusan injustamente a lideres y trabajadores comunitarios de tener relación o nexos con la guerrilla, estos sujetos que se han acogido al Plan de reinserción, aducen haber pertenecido a grupos guerrilleros, la verdad es que muchos de ellos, nunca estuvieron en la guerrilla, ya que fueron muchachos criados en la región donde todos los conocimos desde su nacimiento, así asaltan la buena fe de las instituciones para obtener los beneficios que estos planes o programas otorgan.

De esos señalamientos surgieron las citadas “listas negras”, que manejas los militares, pero de manera irresponsable han llegado a manos de grupos paramilitares y con ello el terror psicológico que terminan con capturas masivas, desplazamiento, desapariciones, masacres individuales o colectivas.

Este problema se ha agudizado en la antigua zona de distensión y los diferentes municipios que integran el país, donde hay influencia guerrillera y enfrentamientos permanentes con el ejército colombiano.

En este fuego cruzado, justo en medio, estamos nosotros los trabajadores de la tierra, que producimos el alimento para mas de cuarenta (40) millones de colombianos.

Finalmente y con el debido respeto señor Presiente, le solicitamos muy comedidamente se tengan presentes las consideraciones anteriores, que al volver a nuestras tierras no se nos de un trato especial si no diferente y justo, por cuanto hemos sido involucrados en un conflicto en el que definitivamente somos neutrales y victimas inocentes, por eso mismo no podemos acogernos al programa Institucional de la Presidencia de desmovilizados, ni pedirles a los señores de la FARC, que nos incluyan en sus listas de canjeables, ya que no somos miembros de esa organización. Solicitamos el acompañamiento de Organismos Internacionales, defensores de los Derechos Humanos para que obren como garantes y realicen una presencia permanente en las áreas de influencia guerrillera y así el campesinado no se siga viendo involucrado en el conflicto armado.

Igualmente es necesario que haya mas presencia del estado con proyectos de inversión social, en salud, educación, vías de acceso, comercialización de productos agrícolas etc.

En espera de que se solucione pronto nuestra situación jurídica y sobre todo de quienes somos procesados por la justicia especializada cuyos términos son muy largos.

De Usted muy atentamente Campesinos de Colombia recluidos en las cárceles de nuestra patria.

C. C. Senadora Piedad Córdoba
Presidente de Venezuela Hugo Chavez Frias
Gobierno de Francia
Naciones Unidas
Human Rights
Federación Sindical Agropecuaria FENSUAGRO
Procuraduría General de la Nación
Corte Suprema de Justicia
Senado de la republica
Cámara de Representantes
Comité de Derechos Humanos de la Presidencia
Gobierno de Inglaterra
Corporación para la defensa de los derechos Humanos REINICIAR
Colectivo de Abogados Jose Albear Restrepo
Senadora Gloria Ines Ramirez
Senador Gustavo Petro
Representante Wlson Borja
Polo Democratico Alternativo Dtr. Carlos Gaviria
Caracol, programa hora 20 Néstor Morales
RCN Juango Saín
Coordinadora Latinoamericana de organizaciones del Campo CLOC

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