Por Camilo Raigozo
La muerte del máximo comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC-EP, “Alfonso Cano”, en enfrentamientos con el Ejército, es un duro golpe no solo a la insurgencia, sino también a la esperanza de paz que tienen los colombianos.
Comunicados del ministerio de Defensa divulgado por los medios nacionales e internacionales aseguraron que Cano murió por bombardeos del ejército sobre la localidad de López de Micay, Cauca.
Analistas le comentaron a Notimundo que entre los posibles candidatos a reemplazar a Alfonso Cano estarían Timoleón Jiménez, “Timochenco”; Iván Márquez¸ Joaquín Gómez y Pablo Catatumbo.
Los especialistas también coincidieron en que queda descartada toda posibilidad de división y dispersión entre los altos mandos de las FARC candidatos a suceder a Alfonso Cano y lo más posible es que haya una pronta elección para sucederlo.
Es previsible que la muerte del máximo jefe guerrillero profundice el conflicto social y armado que padece Colombia desde hace casi cinco décadas por el delirio triunfalista que desata este suceso en la derecha del país.
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