La Casa Colombiana de Solidaridad con
los Pueblos invita a la ciudadanía bogotana y en especial a los
militantes de causa solidaria, defensores de derechos humanos,
militantes de todos los sectores de izquierda para rendir un nuevo
homenaje a la memoria de la compañera María Paulina Ruiz Borraz, con
motivo del quinto aniversario de su partida.
El acto conmemorativo será en el
auditorio del Instituto León Tolstoi en la Calle 12 C No 3-85 del
Barrio la Candelaria en la ciudad capital el lunes 20 de Octubre a
partir de las 6:00 p.m. María Paulina Ruiz Borraz fue militante
comunista y destacada activista de la solidaridad con los presos
políticos y con los pueblos del mundo.
Los integrantes de la
Casa Colombiana de Solidaridad con los Pueblos han adoptado el nombre
de María Paulina Ruiz para mantener vivo en cada lucha su ejemplo de
entrega, tenacidad y compromiso revolucionario.
El DR. Luis
Carlos Domínguez Prada, del Área de Solidaridad Partido Comunista
Colombiano PCC escribió el viernes 16 de octubre del año 2009 sobre la
repentina muerte en San Antonio del Táchira de la entrañable María
Paulina Ruiz: “nos acaba de sorprender la repentina muerte en San
Antonio del Táchira de la entrañable María Paulina Ruiz. Militante
comunista si hubo alguna, hizo de su vida toda el más auténtico, el más
abnegado, el más firme acto de solidaridad. Con los perseguidos, los
humildes y los luchadores populares. Fueron las cárceles su espacio
vital, donde ejerció su militancia, además de los comités de
solidaridad, los que fueran, casi sin preguntar de qué o para qué. Ahí
estaba ella de primera, ante esa palabra se rendía.
“Hoy
los miles de presos políticos que atiborran las cárceles colombianas,
especialmente las preferidas del régimen para sus opositores,
Valledupar, Cómbita, Palo Gordo, La Dorada, Acacías, La Modelo, La
Picota y El Buen Pastor, resienten la pérdida de esa mano amiga, esa voz
de estímulo y ese discurso insuflado de fe en la validez de sus
causas, que durante muchos años los acompañó. Porque la visita que se
hiciera a cualquier cárcel del país para atender a un preso político,
comportaba infaliblemente entregar y recibir un recado de y para
María Paulina. Y no sólo eso. También se ocupaba de recoger ropa,
libros, utensilios de aseo, documentos políticos y gestionar la atención
jurídica de sus presos. El otro campo en el que tuvo una destacada
actividad junto con su camarada y compañero el filósofo Plinio Bernal,
fue el de la solidaridad internacional. Primero y siempre con la Cuba
revolucionaria a través de la inolvidable Casa de Solidaridad pionera en
este campo; y después también con la Venezuela Bolivariana, de la que
Plinio se convirtió en el mejor conocedor y difusor. Allí estaba María
Paulina hoy 16 de Octubre, tal vez en esas tareas, cuando rindió su
jornada. No murió en suelo extranjero.
“Hace tiempo veíamos a
María Paulina agotada. Era notorio ya el cansancio de su dura brega, y
tanto más admirábamos el tesón con que se sobreponía a ese reclamo de su
cuerpo para continuar ejerciendo su causa. Son las vidas iluminadas,
esas que salvan el mundo, las que en medio de las deserciones tras el
oro y el brillo con que el poder orla a los suyos, reivindican lo mejor
de la condición humana. Y permiten soñar con que al final, quizás, el
Hombre triunfará”.
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