Cárcel Nacional Modelo de Bogotá |
Los presos políticos de la cárcel Nacional Modelo de Bogotá, quienes permanecemos en cautiverio, bajo condiciones inhumas de hacinamiento y persecución constante, por parte de la guardia, nos solidarizamos y apoyamos la justa protesta, que desarrollan y llevan a cabo por la población reclusa en general y los prisioneros políticos de la penitenciaria de Palo gordo Girón- Santander, así como las manifestaciones de los familiares de la población carcelaria en general en las calles de Bogotá.
El hacinamiento, problema que vulnera todas las condiciones dignas de salubridad, resocialización, habitabilidad ,alimentación, trato por parte de la guardia hacia la población interna y la vulneración de los DDHH en general, emanados bajo la Declaración Universal de los DDHH, adoptada y proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas además de la Convención Americana sobre DDHH(Pacto de San José), Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos entre otros; es una situación presente, no solo en la penitenciaria de Palo Gordo, sino en absolutamente todos los centros de reclusión, cárceles y penitenciarias del país.
La política de seguridad democrática, traducida ahora en la prosperidad para todos, no es otra cosa que la profundización de los problemas sociales de la nación, más hambre, más represión, más cárcel, junto a la invisibilidad total de los mismos por los grandes medios de comunicación, radio prensa, televisión e internet en un silencio total ante esta deplorable situación.
Mientras que los “políticos” que se roban miles de millones de pesos del erario público, les otorgan bajas condenas, beneficios como la casa por cárcel o la libertad condicional, además de contar con pabellones exclusivos, gozando de grandes comodidades bajo la complicidad del INPEC, en sus cortas estadías, por ejemplo en la Penitenciaria Central de Colombia La Picota, a la gran mayorías de los presos, es decir, a los del común se les aplica con todo el rigor el peso de la ley, se les niega constantemente todos los beneficios intra y extramurales, sometidos continua y sistemáticamente al maltrato, violación de la dignidad humana, chantaje y pillaje por parte de la guardia del INPEC, como nos ocurre a diario acá en la modelo de Bogotá, violación al derecho a aun trato digno y respetuosos, violando el Conjunto de Principios Básicos para la Protección de las personas sometidas a cualquier forma de detención o Prisión.
No hay una política real de resocialización del recluso por medio de la educación, talleres, trabajo y demás de lo estipulado en la ley 65 del 93 (Código Penitenciario Y carcelario), acá es un saludo a la bandera. Por el contario la solución es mayor aumento de penas, menos beneficios y resocialización cero. Actualmente patios como el uno b (1B), el 1 A, 2B, 2 A, cuentan con mas de 740 reclusos por cada uno, cuando la capacidad real de cualquiera de ellos es de 200. Patios como el 4º y 5º cuentan con más de 2000 (dos mil) reclusos cada uno; es algo insostenible y el gobierno? y los medios? La sociedad? en silencio.
En las prisiones de Colombia, la salud es una ilusión. La EPS Caprecom, viola los derechos al respecto, las citas médicas se hacen efectiva 2 y 3 mese después, para un especialista hasta un año después, los médicos y enfermeras son insuficientes y la negligencia de su gran mayoría raya con la brutalidad. En la modelo de Bogotá ha muerto gente porque los médicos y enfermeras de turno simplemente no les da la gana acudir a tiempo a cumplir con su labor, es cotidiano que la llamada farmacia permanezca vacía.
Nuestros familiares tienen que sufrir un calvario para visitarnos, son humillados, maltratados, por la guardia, insoportables filas para entrar, ante la negligencia del INPEC y para colmo las mujeres tienen que soportar el infamante manoseo en sus partes intimas por parte de las guardianas de forma abusiva.
Es una violación sistemática a los más elementales DDHH, a la dignidad humana, la alimentación es deplorable en la modelo de Bogotá.
El menú que presentan a los entes de control es totalmente ajeno a nuestra realidad, papas podridas, insalubridad, etc. este es el compendio de cómo el estado defiende los DDHH.
Que sea esta la ocasión para denunciar la persecución a que somos sometidos los presos políticos y la población reclusa en general. Quien se atreva a levantar su voz de protesta es castigado con un traslado al más recóndito establecimiento carcelario del país, lejos de sus familiares, o en su defecto al patio de castigo en alta seguridad como mecanismo de intimidación.
15 presos políticos fueron sacados del patio 5º hacia otros patios algunos de ellos, al llamado patio de castigo de alta seguridad sin motivos ni explicación alguna. Por este cambio estos 15 compañeros perdieron sus colchonetas, útiles de aseo, ropa, cobijas, elementos comprados por los mismos familiares, pues el INPEC, tampoco cumple con la entrega de la colchoneta y cobija al ingreso de la cárcel.
Los compañeros quedaron en condiciones deplorables, trabajo social y los representantes de DDHH, no cumplen con su deber. En el pabellón de alta seguridad se encuentran prisioneros políticos con condenas de cuarto años mientras que en los pabellones normales habitan reclusos con condenas de mas de 30 y 40 años, nos preguntamos cual es el criterio del INPEC, para recluir internos en alta y a su vez cual es el criterio para los cambios de pabellón?
Los prisioneros políticos nos encontramos dispersos y mezclados con reclusos paramilitares, ex policías y demás poniendo en riesgo nuestra seguridad.
Exigimos el mejoramiento de nuestras condiciones de vida, en las cárceles colombianas y la solución a los grandes problemas antes expuestos que termine las persecuciones a que estamos sometidos que nos ubiquen a todos en un mismo pabellón.
Extendemos un gran abrazo solidario al conjunto dela población carcelaria del país y sus familiares en especial a los prisioneros de Palo Gordo de Girón- Santander que nos han dado una muestra de que solo con la lucha se logran nuestros derechos.
Colectivo de Prisioneros Políticos
Cárcel Nacional Modelo
Bogotá, D.C. Junio de 2012.
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