jueves, 21 de febrero de 2008

Don Berna confiesa 8 crímenes
El desmovilizado jefe paramilitar Diego Fernando Murillo, alias “Don Berna”, confesó su participación en el asesinato de ocho personas.
En una audiencia de Justicia y Paz Murillo aceptó ser el autor del secuestro del promotor de derechos humanos de Antioquia Jesús María Ovalle, quien posteriormente fue asesinado.
Alias “don berna” también admitió el crimen del alcalde Valencia, Córdoba, y de otras seis personas. Siga..
Cuerpos de víctimas fueron desaparecidos
Los desmovilizados jefes paramilitares Rodrigo Tovar, alias “Jorge 40” y Hernán Giraldo, hicieron hoy nuevas revelaciones sobre el accionar de las autodefensas en la costa Caribe.
Hernán Giraldo, reveló que cuando el bloque ‘Resistencia Tayrona’conoció el acuerdo de paz para la desmovilización de los grupos de Autodefensas él personalmente dio la orden de exhumar a sus víctimas en el departamento de Magdalena. Siga..
Juez ordena a Incoder entregar tierra a desplazados
Un juez de Bogotá ordenó al Incoder la entrega a treinta y tres familias desplazadas por la violencia de un predio rural en Montería, que desde 1999 había sido asignado para la reubicación de campesinos víctimas de desplazamiento forzado. El proyecto nunca se ejecutó y los terrenos fueron invadidos por particulares. Siga..





Pablo Escobar...El patron






Corte Interamericana fallará en abril sobre crímenes en San José de Apartadó desde 1997

LA COMUNIDAD DE PAZ de San José de Apartadó han recuperado un poquito de esperanza y fe en la Justicia. Tres años después de que hombres armados irrumpieron en dos veredas y mataron a machete a ocho personas, tres de ellas menores de edad, el caso y otros 170 asesinatos cometidos desde 1997 en esa comunidad de desplazados, están en trámite en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en Washington, y luego pasarán a la Corte Interamericana, en Costa Rica, que deberá fallar en abril. Siga..


Ex paramilitar compromete al Ejército en muerte de cinco personas presentadas como guerrilleros
EL DOMINGO 10 DE MARZO de 2002, oficiales de la IV Brigada del Ejército escogieron un escenario poco usual para presentar ante un grupo de periodistas un balance de sus operaciones en materia de orden público: el solar del asilo de ancianos de San Rafael, un pueblo del oriente antioqueño. Allí pusieron en fila cinco camillas con cinco cadáveres cubiertos con sábanas. A su lado, en un mesón de madera había cables y dispositivos metálicos usados en la fabricación de explosivos. Siga..

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